Todos los políticos han debido de oír hablar de esta página y saben que no serán bien recibidos si entran en un bar. Pero seguro que más de uno será lo bastante arrogante como para intentarlo. Aquí te planteamos diferentes opciones que puedes poner en práctica si ves a un político poner un pie en tu (nuestra) segunda casa:

• Poner cara de asco. Como primera medida puedes ponerle cara de asco. Sin más. Mírale fijamente y pon cara de asco. Aunque hay muchas formas de poner cara de asco, una de las más efectivas es levantar ligeramente el lado izquierdo del labio superior. Practica en el espejo.

• Señalar con el dedo. Todos los que están contigo en el bar comparten tu deseo de que el político no entre, pero algunos quizá estén distraídos y no se percaten de que ha entrado. Señálale con el dedo. Eso debería bastar. Para añadir un toque despectivo, mueve el dedo con el que le estés señalando hacia delante y hacia atrás, como acusándolo. Puedes murmurar entre dientes algo como Un político, un político... Sé creativo.

• Gritar nuestro eslogan. Es el acto supremo de repulsa y el objetivo final de esta web. Si ves entrar a un político en un bar aclárate la garganta, coge aliento y grita todo lo fuerte que puedas ¡¡POLÍTICOS FUERA DE LOS BARES!! Si eres de los que no han visto entrar al político y oyes el grito de guerra estás obligado a gritarlo tú también. El efecto en cadena de todos los que están en el bar creará la presión necesaria para que el político se vaya. Obviamente, insultos u otro tipo de agresiones sobran, no somos animales...

Los políticos pueden llevar guardaespaldas, pero estos consejos tienen la ventaja de que no constituyen delito alguno y por tanto estás a salvo de los gorilas. Sé valiente. Ayúdanos a conseguir nuestro objetivo.